algunas paginas interesantes..
sos o no sos un goloso?
martes, 15 de julio de 2008

El chicle (nombre que viene del náhuatl chictli) es un polímero gomoso que se obtiene de la savia del árbol Manilkara zapota, de la familia de las sapotáceas [1] (antes llamado Sapota zapotilla o Achras zapota) originario de México, América central y América del Sur tropical. Por su sabor dulce y aromático, numerosos pueblos amerindios utilizaban la goma para mascar. En otras partes de Iberoamérica, la palabra es sinónima de goma de mascar; si bien la mayoría de las actuales emplean una base de plástico neutro, el acetato polivinílico. Hasta hace relativamente poco tiempo el chicle utilizaba aún esta savia como material. El chicle también lo sacan del cuero de la vaca.
martes, 1 de julio de 2008
recomendacion

Golosinas Argentinas - Erica RubinsteinSinopsisConsumidas por chicos y grandes, las golosinas integran nuestro entorno cotidiano y conforman el imaginario colectivo que nos identifica y nos da pertenencia.Chocolatines y caramelos dejan huellas en nuestra infancia, originando preferencias, apegos y pasiones. ¿Quién no tiene su golosina favorita o alguna anécdota al respecto para contar? Este libro surgió naturalmente, por el genuino placer de acceder al mundo de las golosinas con la posibilidad de recrearlo.Golosinas argentinas es una golosina visual con aroma a chicle, un libro que engorda cualquier biblioteca, aun la de los dentistas. Porque todos somos golosos.
fuente:TEMATIKA libros.com
viernes, 27 de junio de 2008
martes, 24 de junio de 2008
me das un caramelo
como te podes resistir a la tentacion de un rico caramelo....
todos los caramelo tienen algo especial...
aca te mostramos algunos
todos los caramelo tienen algo especial...
aca te mostramos algunos
que rico...un chicle
Desde hace mucho tiempo el hombre lo ha mascado y con el tiempo los chicles o gomas de mascar han cambiado mucho. Algunos incluso mantienen la teoría de que desde de la prehistoria ya se mascaba resina.
La base del chicle es una resina natural que se extrae del árbol llamado Zapote, originario de las zonas tropicales de América. Este líquido es muy parecido a algunos pegamentos líquidos o goma de pegar.
De forma natural un chicle seguramente no te gustaría, ya que no tiene tanto sabor, es muy difícil de masticar y no puedes hacer bombas. Por ese motivo es que en lugar de la versión totalmente natural se empezó a mezclar con parafina refinada.
La parafina es un material parecido al que se usa comúnmente para hacer velas. Seguramente alguna vez has tenido en tus manos un poco de cera justo en el momento en que se empieza a enfriar, es extremadamente pegajosa y tiene precisamente un poco de consistencia de chicle.
Tanto los mayas como los aztecas usaban el chicle para limpiar los dientes, y distraer un rato el hambre y la sed. Aunque mascarlo era algo muy difundido mascarlo en público no era bien visto.
La costumbre de mascar chicle en público conocida como “chicleo” era una costumbre muy arraigada en personas a las que consideraban perezosas y de mal vivir. Por suerte esta idea ha ido cambiando y aunque mascar chicle no se ve precisamente muy elegante esto no te convierte tampoco automáticamente en un ser despreciable.
Existen muchas versiones de cómo se difundió el uso del chicle hacia Estados Unidos, de las dos más conocidas la primera sostiene que en pleno siglo XIX durante su exilio en el país vecino el general Antonio López de Santa-Anna quién gustaba de mascar chicle, entablo amistad con un estadounidense cuyo nombre a veces varia pero eso sí, tenía un apellido que sería bastante conocido en el mundo chiclero: Adams.
La otra versión dice que el famoso Adams llego a las actuales tierras de Quintana Roo, y al ver a los mayas mascar chicle tuvo la idea de comercializarlo en forma de bolitas a las que les agrego azúcar y saborizantes, mismas que llegaron a tener un éxito enorme.
El tiempo hizo lo suyo y este inagotable material de travesuras se fue perfeccionando, así se le añadieron cada vez más sabores y aromas. De Estados Unidos se extendió al resto del mundo principalmente durante la Segunda Guerra Mundial cuando los soldados norteamericanos las llevaron consigo.
La base del chicle es una resina natural que se extrae del árbol llamado Zapote, originario de las zonas tropicales de América. Este líquido es muy parecido a algunos pegamentos líquidos o goma de pegar.
De forma natural un chicle seguramente no te gustaría, ya que no tiene tanto sabor, es muy difícil de masticar y no puedes hacer bombas. Por ese motivo es que en lugar de la versión totalmente natural se empezó a mezclar con parafina refinada.
La parafina es un material parecido al que se usa comúnmente para hacer velas. Seguramente alguna vez has tenido en tus manos un poco de cera justo en el momento en que se empieza a enfriar, es extremadamente pegajosa y tiene precisamente un poco de consistencia de chicle.
Tanto los mayas como los aztecas usaban el chicle para limpiar los dientes, y distraer un rato el hambre y la sed. Aunque mascarlo era algo muy difundido mascarlo en público no era bien visto.
La costumbre de mascar chicle en público conocida como “chicleo” era una costumbre muy arraigada en personas a las que consideraban perezosas y de mal vivir. Por suerte esta idea ha ido cambiando y aunque mascar chicle no se ve precisamente muy elegante esto no te convierte tampoco automáticamente en un ser despreciable.
Existen muchas versiones de cómo se difundió el uso del chicle hacia Estados Unidos, de las dos más conocidas la primera sostiene que en pleno siglo XIX durante su exilio en el país vecino el general Antonio López de Santa-Anna quién gustaba de mascar chicle, entablo amistad con un estadounidense cuyo nombre a veces varia pero eso sí, tenía un apellido que sería bastante conocido en el mundo chiclero: Adams.
La otra versión dice que el famoso Adams llego a las actuales tierras de Quintana Roo, y al ver a los mayas mascar chicle tuvo la idea de comercializarlo en forma de bolitas a las que les agrego azúcar y saborizantes, mismas que llegaron a tener un éxito enorme.
El tiempo hizo lo suyo y este inagotable material de travesuras se fue perfeccionando, así se le añadieron cada vez más sabores y aromas. De Estados Unidos se extendió al resto del mundo principalmente durante la Segunda Guerra Mundial cuando los soldados norteamericanos las llevaron consigo.
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